viernes, 26 de octubre de 2012

MISIONES: Toneladas de glifosato sobre la gente


MISIONES: Alto Paraná aplicó más de un millón de kilos de glifosato en diez años

Otras peligrosas consecuencias ambientales no muy difundidas de los monocultivos de árboles transgénicos para las Pasteras:

http://www.misionesonline.net/noticias/03/10/2012/alto-parana-aplico-mas-de-un-millon-de-kilos-de-glifosato-en-diez-anos

Lo aseguró un profesional que prestaba servicios en la multinacional. Dijo que aplican un cóctel poderoso con varios contaminantes. Los usan en los tres primeros años de las plantaciones. Es un poderoso agrotóxicos que funciona como un herbicida total.

El ingeniero forestal Julio Bernio, -docente de la Facultad de Ciencias Forestal, investigador y exprestador de servicios de APSA-, denunció que solo entre 1996 y el 2006, Alto Paraná “aplicó un millón ocho mil kilos de glifosato en sus plantaciones de pinos, a los que hay que sumarle los otros agrotóxicos que utilizan en un poderoso cóctel”.

Bernio, a través de su empresa, le brindó servicios de investigación aplicada y protocolos a la multinacional. Dejó de prestarlos luego de denunciar el uso de estos contaminantes y ante una decisión personal ante el hecho.

“Ellos no adquieren agrotóxicos porque tienen una sociedad anónima propia, que se llama Bioforest SA e integra el grupo Arauca, y se proveen a sí mismos. Sin dudas hoy siguen utilizando agrotóxicos, porque si uno viene por la ruta Nacional 12 donde hay plantación de dos años, se puede ver la aplicación”, dijo el profesional en Radio Libertad de Posadas.

Describió que Alto Paraná los “usa en la pre y postplantación, o sea del primero al tercer año del árbol. Aplican un poderoso cóctel compuesto por distintos herbicidas, un pre-emergente que forma una película sobre el suelo, que mata a las plantas apenas germina la semilla, y un detergente como coayudante”.

“Además hay que tener en cuenta la contaminación directa con agrotóxicos, ya que estos se disuelven en 200 litros de agua por hectárea, y el líquido lo toman de arroyos y nacientes. Se hacen como mínimo, dos aplicaciones por año, en las 15 mil hectáreas que tienen con plantaciones de uno a tres años”.

Prohibido decir agrotóxico

Bernio agregó que “en la empresa nos prohibían que digamos agrotóxicos, y teníamos que referirnos a los mismos como agroquímicos. No tenemos que engañarnos, acá la cuestión pasa por la salud de la gente y el derecho que todos tenemos de hacer uso correcto de los recursos naturales, no podemos hacer lo que queremos en una, diez o miles de hectáreas”.



El investigador contó que la contaminación “en Misiones se complica por las lluvias torrenciales y suelo quebrado. Llueve, lava todo el suelo, y eso va a parar a los arroyos. El 80 por ciento de las ciudades de la provincia toman el agua de los arroyos para potabilizarla y todos los componentes químicos van a parar ahí”. Bernio dijo que en el 2006, “en una audiencia pública realizada en Eldorado donde APSA buscaba certificar sus prácticas, denunciamos que Alto Paraná ocultaba información. Les dije que utilizaban un kilo y medio de Randap por hectárea, pero la respuesta fue patética: nos contestaron que antes utilizaban dos kilos y medio”.

Tala rasa en Gruta India

El ingeniero Bernio denunció además, que Alto Paraná violó una de las leyes de conservación del medio ambiente. “Yo pude ver, y lo ve cualquiera, que en la zona de Gruta India, hay una violación clara a la Ley de Bosques Protectores. Aparentemente es una propiedad que ellos compraron a terceros y tenía pinos, pero hicieron tala rasa. No dejaron a ambas márgenes del arroyo el doble o el triple de su ancho, en masa boscosa. Es absolutamente comprobable lo que digo y las leyes ambientales son bien claras”.

Concejo de Piray avala expropiar tierras de APSA



El proyecto que analiza la legislatura suma apoyos. El deliberativo de Puerto Piray manifestó formalmente su apoyo al pedido de unas 200 familias de la zona.

El Concejo Deliberante de Puerto Piray resolvió avalar el pedido de expropiación de tres mil hectáreas de tierras de la empresa Alto Paraná, solicitado por vecinos de la zona. Son unas 200 familias que habitan los parajes Unión, Kilómetro 18, Santa Teresa y Cruce de la ex ruta 12, lindantes a los pinares que la multinacional tiene en ese municipio, quienes solicitan unas 3.000 hectáreas de la multinacional para practicar agricultura familiar.

El cuerpo deliberativo aprobó el 9 de octubre pasado la Resolución 15/2012, con la que dan su aval al proyecto presentado en la Cámara de Diputados de la provincia, por la Asociación de Productores Independientes de Puerto Piray. Ahora lo enviaron a la Legislatura misionera, para ser agregado al expediente respectivo.

Los ediles fundamentaron la resolución con el propósito de que las tierras sean “para impulsar un plan especial de colonización, arraigo y desarrollo agrario” a favor de esas familias.Explicaron que “se busca evitar el éxodo de los jóvenes en busca de posibilidades laborales, generar 400 puestos de trabajo, y un mercado de productos agroecológicos”.

También “incorporar valor agregado a la producción primaria, frenar el deterioro y abandono de parajes, con el cierre de escuelas, iglesias y salas en la zona, todo por producto de la migración rural y el cambio de las condiciones de trabajo”.

Gracias Cristina: Toneladas de glifosato sobre la gente

El glifosato es un potente veneno que elimina toda clase de hierbas malaspara los cultivos, menos las plantas transgénicas, como el arroz y la soja de Monsanto. Solo en el municipio de Alto Paraná, Misiones, se han rociado más de un millón de kilos en los últimos años, contaminando buena parte de las vertientes de agua y el suelo del lugar. Greenpeace ha advertido en reiteradas oportunidades sobre el riesgo para la salud humana que impliica uso de este compuesto. Mientras tanto, en la Argentina el precio del veneno sube y el gobierno sigue aprobando el uso de transgénicos de última generación.

(Urgente24) – A fines de agosto pasado, el gobierno nacional volvió a apostar a la multinacional Monsanto. Dispuso la liberación comercial de la llamada soja “Intacta RR2 Pro”, que fue modificada genéticamente por Monsanto para lograr un cultivo que como su antecesor será resistente al glifosato (el más popular herbicida) y le agregará resistencia al ataque de insectos.

Sostienen la informaciones que Monsanto, que “además de esas correcciones promete un aumento de los rindes de hasta 8% (en la cosecha argentina, eso significaría 4 millones de toneladas más), había lanzado esta innovación en Estados Unidos, Brasil y Paraguay”.

La decisión fue la consecuencia de una reunión mantenida por la presidenta de la Nación, Cristina de Kirchner, con los directivos de Monsanto a fines de junio pasado.

A la multinacional no le va mal en la Argentina. De acuerdo a su último balance, durante 2011 vendió por 4.124 millones de pesos, a razón de 7.955 pesos por minuto, ubicándose en el puesto 71 entre las mil empresas que más venden en estos arrabales del mundo.

No hace mucho, en Córdoba, un fallo judicial determinó que contaminar con glifosato es un delito pero los ejecutores quedaron libres. na sentencia que solamente se puede explicar por los negocios que le permite el gobierno a la multinacional. Por eso, en cualquier geografía de la Argentina el agrotóxicos aparece de cualquier forma y en cualquier cantidad.




En la Argentina del presente, más allá de los discursos nacionales, populares y progresistas, la aplicación del glifosato en cualquier punto de su geografía y las monumentales ganancias de Monsanto demuestran el grado de dependencia de empresas multinacionales que hacen lo que quieren.

De hecho, con datos como los de la ONU, que preven hambrunas globales para el 2013, el gobierno nacional tiene su excusa perfecta para intentar aumentar los rindes de las cosechas ese bendito 8%, sin importar realmente la salud de la población. Y lo que sucede en Misiones sólo representa un caso testigo de una misma situación que se da día a día en provincias cerealeras como Buenos Aires, Córdoba, La Pampa y Santa Fe.

Tal es el monopolio de Monsanto y su glifosato que durante el transcurso de las últimas semanas el precio del veneno registró un aumento del 20% en línea con la suba de la soja en el mercado internacional.


De esta manera, en la actualidad en la región pampeana el producto se consigue a un precio en torno a los US$ 4, mientras que en los meses de julio/agosto pasado el valor se ubicaba entre US$ 3,20 y US$ 3,30.

“El glifosato se mueve acorde al precio de la soja; por eso por el momento la suba puede ser absorbida en los presupuestos que elaboran los productores de cara a la próxima campaña agrícola”, comentó a Infocampo, Julio Giaquino, titular de la empresa JNG & Asociados.

“La disponibilidad de glifosato en el mercado local es buena y responde a las necesidades de los productores”, señaló Giaquino, y agregó que “se espera una muy buena siembra de soja y de maíz, aunque en este caso hay algunas dudas por la intervención del gobierno”.

En tanto, Juan Carlos Orlando, encargado del área de insumos y fertilizantes Bayá Casal & Asociados, señaló que “el precio del glifosato se mantuvo estable en los últimos días y todo hace prever que siga en estos niveles”.

La Advertencia de Greepeace

Greenpeace publicó un informe científico mundial sobre el herbicida glifosato, extensamente utilizado en Argentina para la producción de soja transgénica, donde advierte los efectos nocivos para la salud humana y el medio ambiente que provocan su utilización.

La evidencia detallada en el informe “Tolerancia a herbicidas y cultivos transgénicos. Por qué el mundo debería estar preparado para abandonar el glifosato” publicado por Greenpeace, demuestra que los productos a base de glifosato pueden tener efectos adversos sobre la salud humana y animal y el ambiente.

Promovido como “seguro”, el glifosato es el ingrediente activo en muchos herbicidas comercializados en todo el mundo, incluyendo la conocida formulación “Roundup” de la empresa multinacional Monsanto. Los herbicidas a base de glifosato son ampliamente utilizados para el control de malezas ya que no son selectivos y eliminan toda la vegetación.

En cuanto a los impactos en la salud humana, el informe advierte que la exposición de los seres humanos al glifosato ha sido vinculada a varios efectos crónicos: reproductivos (defectos de nacimiento), cáncer, neurológicos (incluso implicado en causar el mal de Parkinson), y efectos agudos por el uso directo del producto por los agricultores o por la exposición de los habitantes.

Además, el informe señala la preocupación de que los defectos congénitos experimentados por mujeres en Argentina y Paraguay puedan ser consecuencia de su exposición al glifosato utilizado en cultivos de soja y arroz transgénicos. Se indica que estudios científicos demuestran el potencial del glifosato para interrumpir la reproducción, por su capacidad de causar daño mitocondrial, necrosis y muerte celular en células embrionarias y placentarias; y de causar alteraciones endócrinas, incluyendo la interrupción en la producción de progesterona y estrógenos, y el retraso en la pubertad masculina.

“Existe mucha evidencia científica de los efectos que el glifosato provoca en la salud. Debemos tomar esto muy serio y llevar a cabo una reevaluación urgente de los impactos en la salud del glifosato y sus productos”, afirmó Hernán Giardini, coordinador de la Campaña de Biodiversidad de Greenpeace.

“El glifosato interactúa con la química y la biología del suelo, provocando una serie de impactos que incluyen la reducción de la nutrición de las plantas y el incremento su vulnerabilidad a las enfermedades. El glifosato también puede lixiviarse hacia aguas superficiales y subterráneas, donde puede dañar la vida silvestre y, posiblemente, terminar en el agua potable”, afirma el informe.

Los cultivos transgénicos han incrementado enormemente el uso de glifosato, especialmente en Estados Unidos y América del Sur. En ese sentido, Greenpeace considera que “el aumento de las malezas resistentes al glifosato está asociado a los cultivos transgénicos, y la escalada en la “carrera armamentista” en contra de estas malezas resistentes intensifica las preocupaciones de que aún más glifosato sea utilizado en el futuro, en formulaciones más fuertes y posiblemente con herbicidas adicionales. Esta faceta de los cultivos transgénicos tolerantes a herbicidas debería ser suficiente para dar lugar a la prohibición de su cultivo”.

“Teniendo en cuenta los problemas que está generando, no debería autorizarse ningún nuevo cultivo transgénico tolerante al glifosato. Estos han sido desarrollados para un modelo de agricultura industrial y están, por lo tanto, intrínsecamente vinculados a prácticas agrícolas no sustentables que dañan los recursos naturales en los que se basa la producción de alimentos. Su cultivo debería ser prohibido”, afirmó Giardini.

http://diarionecochea.com/?p=59586

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