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La venta de leche en Colombia.El nuevo informe de GRAIN documenta la importancia de la leche para los modos de sustento y la salud de la gente en muchos países del Sur global. La mayor parte de los mercados de lácteos reciben el suministro de vendedores ambulantes que colectan leche la pequeña producción de campesinos y pastores. Son gente que sufre la amenaza de las corporaciones de lácteos como Nestlé y otros actores, como PepsiCo y Cargill, que intentan apoderarse de los sectores lecheros de estos países —de las granjas a los mercados.
La “leche popular” involucra a cientos de millones de personas por todo el mundo: desde campesinos y pastores que producen en pequeña escala hasta productores de quesos locales y vendedores de leche fresca. Son personas que reparten leche segura, nutritiva y costeable a cientos de millones de familias pobres.
• 80% de los mercados de lácteos en los países en desarrollo son abastecidos por estos sistemas de “leche popular”, a los cuales se les nombra con frecuencia “el sector informal”.
• 15% de la población global está involucrada en la producción de lácteos.
• Los sistemas lecheros de pequeña escala del Sur crean 200 empleos rurales por cada millón de litros por año, a comparación de los sistemas de producción industrial de leche en el Norte que crean apenas 5 empleos rurales por cada millón del litros de leche por año.
• En Pakistán, Kenya y Colombia, la leche popular, fresca, se vende a la mitad del precio que se paga por la leche empaquetada que se vende en los supermercados.
Los campesinos, los pastores y los vendedores hacen un trabajo impresionante al suministrar leche para los crecientes mercados de lácteos en el Sur. El problema es que los intereses corporativos están tras esos mismos mercados y están utilizando pesadas tácticas de mano dura para robárselos a la gente común, y los gobiernos están ayudando a perpetrar este robo.
• Los tratados bilaterales de libre comercio permiten que las corporaciones de lácteos incurran periódicamente en el comercio desleal de leche en polvo subsidiada, lo que socava la actividad de los productores locales.
• Las regulaciones y los estándares privados mantienen un sesgo en favor del sector corporativo y dejan fuera de los muchos mercados la leche popular.
Los inversionistas financieros y las grandes corporaciones lecheras están uniendo fuerzas para instalar mega granjas por todo el Sur. Un fondo de cobertura de Cargill ya compromete 300 millones de dólares en granjas lecheras industriales en China e India. La cooperativa de lácteos más grande del mundo, Fonterra, construye granjas en China, India y Brasil a una escala que jamás sería permitida en su país sede, Nueva Zelanda. Un banco en Vietnam construye una granja para dar alojamiento a 137 mil vacas lecheras. Éstos son desastres sociales y ecológicos que provocarán penurias a millones de personas.
Hay varias medidas y acciones sugeridas para frenar el secuestro corporativo de los mercados lecheros:
• Poner en efecto elevados aranceles integrales para impedir las prácticas desleales de comercio en las que incurren los importadores de polvo de leche y productos lácteos baratos.
• Reorientar la producción de lácteos de los países de exportación hacia los mercados locales mediante programas como la administración del abasto.
• Lograr sistemas de sanidad alimentaria relacionados con las necesidades de la gente y no con los criterios de las corporaciones.
• Impulsar el boicot de las grandes compañías de lácteos y de los supermercados.
• Emprender campañas de disuasión para que los fondos que invierten en la producción de lácteos en el Sur dejen de hacerlo.
• Iniciar una solidaridad entre productores, procesadores, obreros de la industria, vendedores y consumidores de lácteos al interior de cada país y entre países.
La leche popular se contrapone a algunas fuerzas poderosas. Pero la experiencia en Colombia y en otras partes muestra que puede prevalecer debido a que hay tanta gente que depende de ella para su sustento y para el bienestar de sus familias. Éstos son el tipo de sistemas alimentarios que el mundo necesita para lidiar con la pobreza, el hambre y la crisis climática, y todos deberíamos respaldarlos.
Lea aquí el informe completo, El gran robo de la leche : Cómo es que las corporaciones le roban una vital fuente de nutrición y sustento a los pobres
La “leche popular” involucra a cientos de millones de personas por todo el mundo: desde campesinos y pastores que producen en pequeña escala hasta productores de quesos locales y vendedores de leche fresca. Son personas que reparten leche segura, nutritiva y costeable a cientos de millones de familias pobres.
• 80% de los mercados de lácteos en los países en desarrollo son abastecidos por estos sistemas de “leche popular”, a los cuales se les nombra con frecuencia “el sector informal”.
• 15% de la población global está involucrada en la producción de lácteos.
• Los sistemas lecheros de pequeña escala del Sur crean 200 empleos rurales por cada millón de litros por año, a comparación de los sistemas de producción industrial de leche en el Norte que crean apenas 5 empleos rurales por cada millón del litros de leche por año.
• En Pakistán, Kenya y Colombia, la leche popular, fresca, se vende a la mitad del precio que se paga por la leche empaquetada que se vende en los supermercados.
Los campesinos, los pastores y los vendedores hacen un trabajo impresionante al suministrar leche para los crecientes mercados de lácteos en el Sur. El problema es que los intereses corporativos están tras esos mismos mercados y están utilizando pesadas tácticas de mano dura para robárselos a la gente común, y los gobiernos están ayudando a perpetrar este robo.
• Los tratados bilaterales de libre comercio permiten que las corporaciones de lácteos incurran periódicamente en el comercio desleal de leche en polvo subsidiada, lo que socava la actividad de los productores locales.
• Las regulaciones y los estándares privados mantienen un sesgo en favor del sector corporativo y dejan fuera de los muchos mercados la leche popular.
Los inversionistas financieros y las grandes corporaciones lecheras están uniendo fuerzas para instalar mega granjas por todo el Sur. Un fondo de cobertura de Cargill ya compromete 300 millones de dólares en granjas lecheras industriales en China e India. La cooperativa de lácteos más grande del mundo, Fonterra, construye granjas en China, India y Brasil a una escala que jamás sería permitida en su país sede, Nueva Zelanda. Un banco en Vietnam construye una granja para dar alojamiento a 137 mil vacas lecheras. Éstos son desastres sociales y ecológicos que provocarán penurias a millones de personas.
Hay varias medidas y acciones sugeridas para frenar el secuestro corporativo de los mercados lecheros:
• Poner en efecto elevados aranceles integrales para impedir las prácticas desleales de comercio en las que incurren los importadores de polvo de leche y productos lácteos baratos.
• Reorientar la producción de lácteos de los países de exportación hacia los mercados locales mediante programas como la administración del abasto.
• Lograr sistemas de sanidad alimentaria relacionados con las necesidades de la gente y no con los criterios de las corporaciones.
• Impulsar el boicot de las grandes compañías de lácteos y de los supermercados.
• Emprender campañas de disuasión para que los fondos que invierten en la producción de lácteos en el Sur dejen de hacerlo.
• Iniciar una solidaridad entre productores, procesadores, obreros de la industria, vendedores y consumidores de lácteos al interior de cada país y entre países.
La leche popular se contrapone a algunas fuerzas poderosas. Pero la experiencia en Colombia y en otras partes muestra que puede prevalecer debido a que hay tanta gente que depende de ella para su sustento y para el bienestar de sus familias. Éstos son el tipo de sistemas alimentarios que el mundo necesita para lidiar con la pobreza, el hambre y la crisis climática, y todos deberíamos respaldarlos.
Lea aquí el informe completo, El gran robo de la leche : Cómo es que las corporaciones le roban una vital fuente de nutrición y sustento a los pobres
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