Un alimento transgénico es aquel obtenido a partir de un organismo modificado por ingeniería genética.
Dicho de otra forma, es aquel alimento obtenido de un organismo al cual le han incorporado genes de otras especies para producir una característica deseada.
Ejemplo: Tomar los genes de un pescado que le permitan resistir al frío e incorporarlos a un tomate.
¿Cuáles son los beneficios de los alimentos transgénicos?
Los beneficios pueden ser: para la salud (nutricionales), preservación (o de duración de la vida útil del alimento) y de producción (mejor utilización de las tierras de cultivo, menor uso de pesticidas en la producción agrícola).
Ejemplos:
Arroz modificado genéticamente para lograr un contenido de hierro y caroteno mejorado, esto se traduce en una mejor calidad nutricional del arroz.
Incorporación de un gen bacteriano en las plantas de papas que aumenta la producción de almidón y reduce el contenido de agua, por esta razón este tipo de papa absorben menos grasas cuando se fríen.
Frejol (poroto) soya con un gene de la bacteria Bacillus thurigiensis le permite fabricar una proteína, tóxica para algunos insectos que la perjudican.
¿Cuáles son los riesgos para la salud humana de consumir alimentos transgénicos?
Hasta la fecha no hay casos probados de daño producido por el consumo de transgénicos, sin embargo los riesgos potenciales por consumo de estos alimentos son:
Posible generación de resistencia de las bacterias a algunos antibióticos útiles para el ser humano.
Reacción alérgica a los nuevos alimentos en personas susceptibles.
Ejemplo:
Frejol Soya mejorado con un gene de una nuez brasileña para mejorar la calidad proteica de la soya. Si este frejol se hubiera expendido al público podría haber causado serias reacciones alérgicas en una fracción de la población alérgica a la nuez de Brasil.
Papas conteniendo un gene de otra planta que aumenta su resistencia a ciertos insectos y gusanos producen un sobrecrecimiento del epitelio intestinal en las ratas alimentadas con ellas. Este sobrecrecimiento sugiere la necesidad de que estos productos sean evaluados cuidadosamente.
¿Cómo puedo saber cuando un alimento contiene transgénicos?
Actualmente no hay ninguna exigencia de información sobre este aspecto en la legislación en Chile. Se pueden expender alimentos transgénicos sin informar sobre esta propiedad. El Ministerio de Salud está incorporando cláusulas al respecto en el Reglamento de Alimentos que obligarán a informar a los consumidores cuando un alimento es producido de organismos transgénicos.
Recomendaciones para el consumidor
Todos los estudios y observaciones indican que el consumo de alimentos derivados de los transgénicos aceptados en Estados Unidos o en Europa no presenta riesgos para la salud.
La incorporación de nuevos transgénicos en la producción de alimentos deberá ser cuidadosamente evaluada. La calidad de esta evaluación dependerá en gran parte de la actitud de los consumidores.
http://www.inta.cl/consumidor/informa/transgenicos/
Actualmente no hay ninguna exigencia de información sobre este aspecto en la legislación en Chile. Se pueden expender alimentos transgénicos sin informar sobre esta propiedad. El Ministerio de Salud está incorporando cláusulas al respecto en el Reglamento de Alimentos que obligarán a informar a los consumidores cuando un alimento es producido de organismos transgénicos.
Recomendaciones para el consumidor
Todos los estudios y observaciones indican que el consumo de alimentos derivados de los transgénicos aceptados en Estados Unidos o en Europa no presenta riesgos para la salud.
La incorporación de nuevos transgénicos en la producción de alimentos deberá ser cuidadosamente evaluada. La calidad de esta evaluación dependerá en gran parte de la actitud de los consumidores.
http://www.inta.cl/consumidor/informa/transgenicos/
Alimentos Transgénicos
La modificación genética de los alimentos que constituyen la dieta cotidiana de la humanidad ya es un hecho, aunque no falta controversia al respecto, pues si bien unos consideran que el alimento transgénico ofrece múltiples beneficios, organizaciones ecologistas cuestionan su eficacia y le atribuyen a los transgénicos muchos riesgos y peligros.
En la década del 90, la aparición en los mercados de varios países de los alimentos modificados genéticamente suscitó temores y reticencias por parte de los consumidores, ciertas organizaciones no gubernamentales y algunos estados (particularmente los integrantes de la Comunidad Europea).
Se entiende por alimento transgénico o modificado genéticamente aquel organismo en el cual, mediante ingeniería genética, se ha introducido un gen de otro organismo o se le ha suprimido o modificado un gen propio. Esta modificación genética permite que el organismo, en este caso vegetal, produzca una nueva proteína o deje de producir una proteína del organismo original.
La modificación genética de los alimentos que constituyen la dieta cotidiana de la humanidad ya es un hecho, aunque no falta controversia al respecto, pues si bien unos consideran que el alimento transgénico ofrece múltiples beneficios, organizaciones ecologistas cuestionan su eficacia y le atribuyen a los transgénicos muchos riesgos y peligros.
En la década del 90, la aparición en los mercados de varios países de los alimentos modificados genéticamente suscitó temores y reticencias por parte de los consumidores, ciertas organizaciones no gubernamentales y algunos estados (particularmente los integrantes de la Comunidad Europea).
Se entiende por alimento transgénico o modificado genéticamente aquel organismo en el cual, mediante ingeniería genética, se ha introducido un gen de otro organismo o se le ha suprimido o modificado un gen propio. Esta modificación genética permite que el organismo, en este caso vegetal, produzca una nueva proteína o deje de producir una proteína del organismo original.
Tipos de alimentos transgénicos
Los alimentos modificados genéticamente pueden ser clasificados en dos grupos: los organismos transgénicos que llegan a la mesa del consumidor en su forma original (actualmente se encuentran en el mercado tomates, papas, hortalizas, yogures y otros lácteos fermentados) y los organismos transgénicos que son utilizados como materia prima para elaborar otros alimentos (los que se nutren de los productos derivados de la soya modificada genéticamente son un buen ejemplo de esta segunda categoría).
Transgénico, beneficios de la modificación genética de los alimentos
"En la actualidad se comercializan cerca de setenta alimentos transgénicos en todo el mundo, la gran mayoría de ellos en países como Australia, Canadá, Japón y los Estados Unidos” -dijo el doctor Daniel Ramón Vidal, investigador del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos de Valencia, España. “Se calcula que hay más de trescientos alimentos trasnsgénicos en las últimas fases de experimentación o las primeras de comercialización. Por el contrario de lo que mucha gente piensa, estos desarrollos ofrecerán soluciones a problemas bien distintos", continuó Vidal.
"Por el momento, los beneficios que aportan los alimentos modificados genéticamente no son tan evidentes para el consumidor como lo son para el productor y para el medio ambiente", afirma el doctor John Thomas, investigador del Health Science Center de la Universidad de Texas (Estados Unidos).
Los vegetales transgénicos disponibles permiten reducir la utilización de pesticidas y herbicidas; de esta forma, es posible reducir los costos y se aumenta la productividad de la tierra. Además, la disminución del uso de productos tóxicos como los herbicidas y pesticidas es positiva para el medio ambiente.
La provincia del Chaco, Argentina, por ejemplo, siempre ha referido tasas extremadamente altas de cáncer y defectos congénitos entre los recolectores de algodón y sus descendientes, relacionados con el uso de pesticidas en estos cultivos; la introducción de variedades transgénicas de algodón que no requieren del uso de pesticidas permitirá evitar tan costosas secuelas para la salud de estos trabajadores.
"En cuanto a los beneficios del alimento transgénico para los consumidores -continúa el doctor Thomas-, estos se verán en el futuro, cuando salgan de los laboratorios muchos de los productos que actualmente se encuentran en distintas fases de experimentación". Alimentos fortificados con vitaminas y micronutrientes esenciales, por ejemplo, serán de gran utilidad para combatir las deficiencias nutricionales que padece un elevado porcentaje de la humanidad. Incluso se está experimentando con la creación de alimentos que contengan productos medicinales, los alimentos que contengan vacunas son un buen ejemplo de ello.
Otro ejemplo de alimento transgénico que debe salir al mercado en los próximos años es el arroz genéticamente modificado, cuyo nombre es arroz dorado (golden rice, en inglés). Este arroz, actualmente desarrollado en laboratorios de distintos países, Suiza, principalmente, se ha modificado genéticamente para que contenga más micronutrientes, como la vitamina A y el hierro.
Los alimentos modificados genéticamente pueden ser clasificados en dos grupos: los organismos transgénicos que llegan a la mesa del consumidor en su forma original (actualmente se encuentran en el mercado tomates, papas, hortalizas, yogures y otros lácteos fermentados) y los organismos transgénicos que son utilizados como materia prima para elaborar otros alimentos (los que se nutren de los productos derivados de la soya modificada genéticamente son un buen ejemplo de esta segunda categoría).
Transgénico, beneficios de la modificación genética de los alimentos
"En la actualidad se comercializan cerca de setenta alimentos transgénicos en todo el mundo, la gran mayoría de ellos en países como Australia, Canadá, Japón y los Estados Unidos” -dijo el doctor Daniel Ramón Vidal, investigador del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos de Valencia, España. “Se calcula que hay más de trescientos alimentos trasnsgénicos en las últimas fases de experimentación o las primeras de comercialización. Por el contrario de lo que mucha gente piensa, estos desarrollos ofrecerán soluciones a problemas bien distintos", continuó Vidal.
"Por el momento, los beneficios que aportan los alimentos modificados genéticamente no son tan evidentes para el consumidor como lo son para el productor y para el medio ambiente", afirma el doctor John Thomas, investigador del Health Science Center de la Universidad de Texas (Estados Unidos).
Los vegetales transgénicos disponibles permiten reducir la utilización de pesticidas y herbicidas; de esta forma, es posible reducir los costos y se aumenta la productividad de la tierra. Además, la disminución del uso de productos tóxicos como los herbicidas y pesticidas es positiva para el medio ambiente.
La provincia del Chaco, Argentina, por ejemplo, siempre ha referido tasas extremadamente altas de cáncer y defectos congénitos entre los recolectores de algodón y sus descendientes, relacionados con el uso de pesticidas en estos cultivos; la introducción de variedades transgénicas de algodón que no requieren del uso de pesticidas permitirá evitar tan costosas secuelas para la salud de estos trabajadores.
"En cuanto a los beneficios del alimento transgénico para los consumidores -continúa el doctor Thomas-, estos se verán en el futuro, cuando salgan de los laboratorios muchos de los productos que actualmente se encuentran en distintas fases de experimentación". Alimentos fortificados con vitaminas y micronutrientes esenciales, por ejemplo, serán de gran utilidad para combatir las deficiencias nutricionales que padece un elevado porcentaje de la humanidad. Incluso se está experimentando con la creación de alimentos que contengan productos medicinales, los alimentos que contengan vacunas son un buen ejemplo de ello.
Otro ejemplo de alimento transgénico que debe salir al mercado en los próximos años es el arroz genéticamente modificado, cuyo nombre es arroz dorado (golden rice, en inglés). Este arroz, actualmente desarrollado en laboratorios de distintos países, Suiza, principalmente, se ha modificado genéticamente para que contenga más micronutrientes, como la vitamina A y el hierro.
Los temores frente a lo transgénico
Con respecto a los riesgos que la modificación genética de los alimentos podría tener para la salud humana, es importante dejar en claro que hasta el momento no existe ninguna evidencia científica que respalde. Si bien toda nueva tecnología conlleva riesgos potenciales, "los alimentos modificados genéticamente son tan seguros y presentan tantos riesgos para la salud como los alimentos convencionales", señala el doctor Thomas.
Los transgénicos o alimentos genéticamente modificados que han sido aprobados para su comercialización tienen casi la misma composición que los productos convencionales; en otras palabras: son nutricionalmente equivalentes. Las proteínas producidas en estos alimentos por los genes modificados o introducidos se encuentran presentes en el organismo vegetal en niveles extremadamente bajos, que van del 0,001 al 0,002 por ciento del peso total del cultivo.
En cuanto a la preocupación de que la nueva proteína desencadene alergias alimentarias, esta posibilidad es bastante predecible, siempre y cuando se realicen en forma exhaustiva los distintos tests destinados a evaluar el potencial alergénico de un nuevo producto alimenticio. "No es el método de modificación genética de los vegetales lo que puede llegar a convertirlos en potenciales alergénicos", destaca el doctor Alan McHughen, investigador del Centro de Desarrollo de Cultivos de la Universidad de Saskatchewan, en Canadá.
Por último, la posibilidad de que el gen que se le ha adicionado al vegetal sea transferido al genoma de un ser humano es extremadamente bajo, aunque no por ello nulo. Para el doctor Thomas, esta posibilidad es extremadamente remota por las siguientes razones: "el procesamiento de la materia prima del vegetal reduce la cantidad de ADN intacto en el alimento; pero aunque el alimento transgénico no sea procesado, existen muchos otros procesos en el aparato digestivo humano que lo degradan, destruyendo el ADN".
Todos los especialistas consultados coinciden en que el impacto que los transgénicos, y la modificación genética de los alimentos, tienen sobre el medio ambiente no debe ser medido en relación con un ecosistema virgen o ideal, sino que debe ser comparado con la situación real de las tierras que se hallan cultivadas en la actualidad. Ya el sólo hecho de reducir el empleo de sustancias tóxicas para el ser humano y los demás integrantes del ecosistema, como lo son los herbicidas y los pesticidas que se utilizan rutinariamente en la actualidad, constituye un paso positivo.
No, obstante también existen muchas opiniones disidentes respecto al riesgo de los transgénicos para la salud. Ejemplo de ello el siguiente artículo sobre Los peligros de los transgénicos
Copyright Bibliomed.
Con respecto a los riesgos que la modificación genética de los alimentos podría tener para la salud humana, es importante dejar en claro que hasta el momento no existe ninguna evidencia científica que respalde. Si bien toda nueva tecnología conlleva riesgos potenciales, "los alimentos modificados genéticamente son tan seguros y presentan tantos riesgos para la salud como los alimentos convencionales", señala el doctor Thomas.
Los transgénicos o alimentos genéticamente modificados que han sido aprobados para su comercialización tienen casi la misma composición que los productos convencionales; en otras palabras: son nutricionalmente equivalentes. Las proteínas producidas en estos alimentos por los genes modificados o introducidos se encuentran presentes en el organismo vegetal en niveles extremadamente bajos, que van del 0,001 al 0,002 por ciento del peso total del cultivo.
En cuanto a la preocupación de que la nueva proteína desencadene alergias alimentarias, esta posibilidad es bastante predecible, siempre y cuando se realicen en forma exhaustiva los distintos tests destinados a evaluar el potencial alergénico de un nuevo producto alimenticio. "No es el método de modificación genética de los vegetales lo que puede llegar a convertirlos en potenciales alergénicos", destaca el doctor Alan McHughen, investigador del Centro de Desarrollo de Cultivos de la Universidad de Saskatchewan, en Canadá.
Por último, la posibilidad de que el gen que se le ha adicionado al vegetal sea transferido al genoma de un ser humano es extremadamente bajo, aunque no por ello nulo. Para el doctor Thomas, esta posibilidad es extremadamente remota por las siguientes razones: "el procesamiento de la materia prima del vegetal reduce la cantidad de ADN intacto en el alimento; pero aunque el alimento transgénico no sea procesado, existen muchos otros procesos en el aparato digestivo humano que lo degradan, destruyendo el ADN".
Todos los especialistas consultados coinciden en que el impacto que los transgénicos, y la modificación genética de los alimentos, tienen sobre el medio ambiente no debe ser medido en relación con un ecosistema virgen o ideal, sino que debe ser comparado con la situación real de las tierras que se hallan cultivadas en la actualidad. Ya el sólo hecho de reducir el empleo de sustancias tóxicas para el ser humano y los demás integrantes del ecosistema, como lo son los herbicidas y los pesticidas que se utilizan rutinariamente en la actualidad, constituye un paso positivo.
No, obstante también existen muchas opiniones disidentes respecto al riesgo de los transgénicos para la salud. Ejemplo de ello el siguiente artículo sobre Los peligros de los transgénicos
Copyright Bibliomed.
Peligros y riesgos de los transgénicos
Si bien muchos especialistas consideran que el alimento transgénico ofrece múltiples beneficios para la humanidad, la mayoría de las organizaciones ecologistas del mundo cuestionan su eficacia y le atribuyen a los transgénicos múltiples riesgos para la salud.
Riesgos de los Transgénicos
Resistencia a los antibióticos:
Un método común en la ingeniería genética aplicado a la creación de transgénicos lo constituye la introducción de genes que determinan cierta resistencia a los antibióticos denominados marcadores. Se utilizan con el fin de verificar que el el gen de interés efectivamente haya sido incorporado en el organismo huésped. Este es el caso del maíz transgénico que posee un gen resistente a la ampicilina por lo que una sola mutación de este inducirá una resistencia a los antibióticos del grupo de las cefaloporinas según el Dr. Salvador Bergel.
Recombinación de virus y bacterias dando origen a nuevas enfermedades:
La abundante utilización de bacterias, virus y plásmidos en la creación de gmos (los cuales tienen un alto potencial recombinatorio) ha dado como resultado la creación de nuevas cepas patógenas de enfermedades existentes (más resistentes) o de nuevas enfermedades, según el Dr. Terje Traavik.
Mayor nivel de residuos tóxicos en los alimentos:
Al ser resistente a los agroquímicos, los mismos son utilizados en grandes cantidades. Es el caso de la soja transgénica RR (Round Up) resistente al herbicida glifosato. Esta soja, que tiene genes de bacteria insertado en su estructura genética, resiste hasta tres veces más glifosato sin destruirse y, en el momento de cosecharse, los porotos de esta leguminosa contendrían cantidades 200 veces mayor de glifosato que las convencionales.
Generación de alergias:
La mayoría de los alimentos transgénicos contendrán proteínas para las cuales no se tienen métodos seguros para determinar si poseen o no capacidad alergénica. Las propiedades alergénicas pueden ser, a través de la ingeniería genética, trasferida de un alimento alergénico a otro que no lo es. En el año 1999 el York Nutrition Lab. de Inglaterra incluyó por primera vez la soja entre los diez posibles alergénicos en la alimentación humana y los casos de alergias subieron 50% en los años en que se introdujo la soja transgénica en el país (coincidiendo con la masificación del uso de soja genéticamente modificada en los últimos tiempos).
Efectos secundarios de fármacos transgénicos:
La incertidumbre sobre la inocuidad de los transgénicos utilizados en medicina queda en evidencia en este caso: En mayo de 1999, la Asociación Diabética Británica, dio a conocer un informe realizado en el año 1993, donde unos 15.000 miembros de dicha asociación (el 10%) denunciaron diferentes grados de molestias físicas desde que usaron la insulina transgénica. Los cambios reportados iban desde que no hacía efecto o efectos secundarios ligeros como mareos y dolores de cabeza hasta casos muy graves como la ausencia de síntomas en presencia de hipoglicemia y de entrada a coma diabético.
Efectos desconocidos y no previsibles, incluso mortales:
Al hacer una modificación genética existe un elevado nivel de incertidumbre y falta de seguridad porque las técnicas utilizadas no son precisas. Según la Dra. Mae-Wan Ho de la Open University en Inglaterra, el nivel de imprecisión no permite, por ejemplo, controlar la ubicación del nuevo gen en la cadena cromosómica o de sus "restos" pudiendo quedar fuera o dentro del núcleo recombinándose con imprevisibles consecuencias. Un ejemplo de esto lo constituye el triptófano transgénico: el triptófano es un suplemento alimentario de venta común en su versión no transgénica. La empresa japonesa Showa Denko produjo triptófano transgénico con una bacteria y lo envió masivamente al mercado al no advertir diferencias con la versión no transgénica y habiendo pasado todos los controles de las agencias estadounidenses: murieron 37 personas y 1500 quedaron con graves secuelas permanentes por ingerir triptófano transgénico: se había creado una molécula tóxica y nadie supo como sucedió eso.
Si bien muchos especialistas consideran que el alimento transgénico ofrece múltiples beneficios para la humanidad, la mayoría de las organizaciones ecologistas del mundo cuestionan su eficacia y le atribuyen a los transgénicos múltiples riesgos para la salud.
Riesgos de los Transgénicos
Resistencia a los antibióticos:
Un método común en la ingeniería genética aplicado a la creación de transgénicos lo constituye la introducción de genes que determinan cierta resistencia a los antibióticos denominados marcadores. Se utilizan con el fin de verificar que el el gen de interés efectivamente haya sido incorporado en el organismo huésped. Este es el caso del maíz transgénico que posee un gen resistente a la ampicilina por lo que una sola mutación de este inducirá una resistencia a los antibióticos del grupo de las cefaloporinas según el Dr. Salvador Bergel.
Recombinación de virus y bacterias dando origen a nuevas enfermedades:
La abundante utilización de bacterias, virus y plásmidos en la creación de gmos (los cuales tienen un alto potencial recombinatorio) ha dado como resultado la creación de nuevas cepas patógenas de enfermedades existentes (más resistentes) o de nuevas enfermedades, según el Dr. Terje Traavik.
Mayor nivel de residuos tóxicos en los alimentos:
Al ser resistente a los agroquímicos, los mismos son utilizados en grandes cantidades. Es el caso de la soja transgénica RR (Round Up) resistente al herbicida glifosato. Esta soja, que tiene genes de bacteria insertado en su estructura genética, resiste hasta tres veces más glifosato sin destruirse y, en el momento de cosecharse, los porotos de esta leguminosa contendrían cantidades 200 veces mayor de glifosato que las convencionales.
Generación de alergias:
La mayoría de los alimentos transgénicos contendrán proteínas para las cuales no se tienen métodos seguros para determinar si poseen o no capacidad alergénica. Las propiedades alergénicas pueden ser, a través de la ingeniería genética, trasferida de un alimento alergénico a otro que no lo es. En el año 1999 el York Nutrition Lab. de Inglaterra incluyó por primera vez la soja entre los diez posibles alergénicos en la alimentación humana y los casos de alergias subieron 50% en los años en que se introdujo la soja transgénica en el país (coincidiendo con la masificación del uso de soja genéticamente modificada en los últimos tiempos).
Efectos secundarios de fármacos transgénicos:
La incertidumbre sobre la inocuidad de los transgénicos utilizados en medicina queda en evidencia en este caso: En mayo de 1999, la Asociación Diabética Británica, dio a conocer un informe realizado en el año 1993, donde unos 15.000 miembros de dicha asociación (el 10%) denunciaron diferentes grados de molestias físicas desde que usaron la insulina transgénica. Los cambios reportados iban desde que no hacía efecto o efectos secundarios ligeros como mareos y dolores de cabeza hasta casos muy graves como la ausencia de síntomas en presencia de hipoglicemia y de entrada a coma diabético.
Efectos desconocidos y no previsibles, incluso mortales:
Al hacer una modificación genética existe un elevado nivel de incertidumbre y falta de seguridad porque las técnicas utilizadas no son precisas. Según la Dra. Mae-Wan Ho de la Open University en Inglaterra, el nivel de imprecisión no permite, por ejemplo, controlar la ubicación del nuevo gen en la cadena cromosómica o de sus "restos" pudiendo quedar fuera o dentro del núcleo recombinándose con imprevisibles consecuencias. Un ejemplo de esto lo constituye el triptófano transgénico: el triptófano es un suplemento alimentario de venta común en su versión no transgénica. La empresa japonesa Showa Denko produjo triptófano transgénico con una bacteria y lo envió masivamente al mercado al no advertir diferencias con la versión no transgénica y habiendo pasado todos los controles de las agencias estadounidenses: murieron 37 personas y 1500 quedaron con graves secuelas permanentes por ingerir triptófano transgénico: se había creado una molécula tóxica y nadie supo como sucedió eso.
Peligros para el medio ambiente
Transferencia de la propiedad transgénica a cultivos nativos, criollos o plantas silvestres emparentadas: a través de la polinización cruzada (por el viento o los insectos polinizadores) cruzándose entre sí y convirtiendo a cultivos convencionales en transgénicos.
Transferencia horizontal: es el intercambio de información (material) genética entre especies no relacionadas entre sí. Este es un fenómeno que se da a nivel vegetal de forma natural y se ha detectado que también se produce de especies transgénicas a otras no transgénicas, incluso bacterias y virus del suelo.
Muerte de insectos no objeto: Los cultivos transgénicos Bt fueron modificados con los genes de la toxina de la bacteria Bacillus Thuringiensis para provocar en ellos resistencia a los lepidópteros. El polen de estos cultivos -maíz, por ejemplo-, puede matar a las orugas de otras especies (como la mariposa monarca) como lo demostró la Universidad de Cornell en 1999 y reducen la abundancia de heterópteros, abejas, aves y carábidos depredadores.
Generación de resistencia: El uso masivo de la toxina Bt, de glifosato y otros herbicidas está generando resistencia en las plagas de insectos y malezas que se propone combatir. Ya se han encontrado poblaciones de orugas resistentes al Bt y "supermalezas": tal es el caso del ryegrass y del ballico annual, una de las malezas más comunes en Australia.
Mayor contaminación química: Por ser genéticamente resistente a los pesticidas, los cultivos transgénicos (ej.: la soja resistente al herbicida glifosato) son fumigados con cantidades hasta tres veces mayores que en los cultivos convencionales y, al crear resistencia en plagas, obliga a los agricultores a combinarlo con agroquímicos mucho más tóxicos.
http://antitransgenicos.8k.com desarrolla una campaña contra los transgénicos y un enlace que muestra los devastadores efectos de los cultivos genéticamente modificados.
Transferencia de la propiedad transgénica a cultivos nativos, criollos o plantas silvestres emparentadas: a través de la polinización cruzada (por el viento o los insectos polinizadores) cruzándose entre sí y convirtiendo a cultivos convencionales en transgénicos.
Transferencia horizontal: es el intercambio de información (material) genética entre especies no relacionadas entre sí. Este es un fenómeno que se da a nivel vegetal de forma natural y se ha detectado que también se produce de especies transgénicas a otras no transgénicas, incluso bacterias y virus del suelo.
Muerte de insectos no objeto: Los cultivos transgénicos Bt fueron modificados con los genes de la toxina de la bacteria Bacillus Thuringiensis para provocar en ellos resistencia a los lepidópteros. El polen de estos cultivos -maíz, por ejemplo-, puede matar a las orugas de otras especies (como la mariposa monarca) como lo demostró la Universidad de Cornell en 1999 y reducen la abundancia de heterópteros, abejas, aves y carábidos depredadores.
Generación de resistencia: El uso masivo de la toxina Bt, de glifosato y otros herbicidas está generando resistencia en las plagas de insectos y malezas que se propone combatir. Ya se han encontrado poblaciones de orugas resistentes al Bt y "supermalezas": tal es el caso del ryegrass y del ballico annual, una de las malezas más comunes en Australia.
Mayor contaminación química: Por ser genéticamente resistente a los pesticidas, los cultivos transgénicos (ej.: la soja resistente al herbicida glifosato) son fumigados con cantidades hasta tres veces mayores que en los cultivos convencionales y, al crear resistencia en plagas, obliga a los agricultores a combinarlo con agroquímicos mucho más tóxicos.
http://antitransgenicos.8k.com desarrolla una campaña contra los transgénicos y un enlace que muestra los devastadores efectos de los cultivos genéticamente modificados.
El " boom“ sojero está devorando nuestros bosques
...Datos propios del gobierno nacional revelan que en algunos sitios de Salta la tasa anual de desmonte triplica la media mundial. La principal causa de esta pérdida de diversidad biológica radica en los desmontes, práctica hoy utilizada principalmente para disponer de grandes extensiones para el cultivo de soja transgénica.
La aplicación de soja transgénica, por su facilidad en el control de las malezas, se convirtió rápidamente en una fiebre, en un "boom“. El avance de este cultivo orientado al mercado internacional impulsó la expansión de la frontera sojera, destinando a la producción tierras que no eran de uso agrícola, deforestando bosques y selvas nativos, como las yungas salteñas o el monte santiagueño.
El avance de la frontera agrícola está destruyendo no sólo lo que nos queda de nuestros bosques (un 30% de la superficie original), sino que nos priva de los beneficios de estos ecosistemas: protección climática, retención de aguas para evitar inundaciones y la degradación del suelo. Oportunidades económicas ciertas de desarrollo sustentable que se pierden para siempre.
Esta incorporación de nuevas tierras para la agro exportación también se hace muchas veces a través de la expulsión de las familias campesinas y las comunidades de los pueblos originarios (ocupantes ancestrales de esos espacios) que trabajan y ocupan legítimamente esas tierras.
Esta expansión se da principalmente de la mano de la soja transgénica: en nuestro país casi el 100% de los cultivos de soja es transgénico, con tolerancia al herbicida glifosato que produce Monsanto, la misma multinacional que tiene el derecho de propiedad sobre la semilla.
La semilla patentada por Monsanto, más los insumos necesarios que también provee esta empresa, conforman lo que se llama “paquete tecnológico“ que aumenta la dependencia de los agricultores con respecto de estas compañías.
Este costo, tanto ambiental como económico y social, fue analizado de forma incompleta por la Secretaría de Agricultura, organismo responsable por la liberación de los transgénicos al mercado local: sus funcionarios aprueban aquellos transgénicos que pasen las pruebas de laboratorio e invernáculo.
Pero nunca toman en cuenta lo que sucede en realidad en nuestro campo.
Es sumamente fuerte el consenso científico que existe respecto de la necesidad de aplicar una moratoria a los desmontes. Los bosques nativos más diversos del país son al mismo tiempo los más amenazaos: el yaguareté, el tapir, decenas de especies de mamíferos, cientos de especies de aves y las maderas más nobles provienen de los bosques del norte de nuestro país.(...) La frontera agrícola no puede ni necesita seguir expandiéndose indefinidamente y el uso productivo de los bosques puede y debe realizarse exitosamente con un manejo racional de nuestros ecosistemas.
Transgénicos: mentiras y promesas incumplidas:
La industria de los transgénicos prometió que la soja RR sería un arma efectiva contra el hambre, pero lo cierto es que hoy la mayor parte de la cosecha se destina para aceites y harina de soja que sirven para la alimentación animal, y se concentra en mercados donde la prioridad es la baja de costos de insumos y no la auto-producción de alimentos sanos.
Su principal falacia era el argumento de que era necesario producir transgénicos porque no habría suficiente alimento para dar de comer a la creciente población mundial, tesis que ha sido muy cuestionada por expertos en agricultura y alimentación, que señalan que el principal problema del hambre en el mundo está dado en la equidad en la distribución y el acceso a la comida. Hoy hay más hectáreas cultivadas con organismos transgénicos y la triste realidad del hambre en el mundo ha empeorado en los últimos años.
La industria también dijo que se utilizarían menos agroquímicos. Pero descubrimos que el herbicida estrella de la soja, el glifosato (su nombre comercial es Round Up), incrementó varias veces su volumen de aplicación. Y ante la aparición de malezas tolerantes al glifosato, ahora se lo combina con 2-4 D, un herbicida aún más tóxico. Greenpeace comprobó estas situaciones en lugares tan distantes como Pergamino (provincia de Buenos Aires) o Campichuelo (Salta).
Otra mentira desenmascarada por la realidad: la "fiebre de la soja" no frenó el desempleo. Estudios y estadísticas confirman que este paquete tecnológico sirvió por el contrario para despoblar al campo.
Juntos con los casos de desmonte (...) también crecen las denuncias de campesinos, pobladores y puesteros de diversos puntos del norte argentino indicando casos de intoxicación y pérdida de producción en cultivos familiares de autosustento debido a las masivas pulverizaciones aéreas y terrestres de los grandes cultivos de soja transgénica en sus alrededores.
New Scientist: "Cosecha amarga"
La reciente reciente difusión de un informe de la prestigiosa publicación "New Scientist“, sobre el "boom" de la soja en la Argentina, levantó una gran polémica en nuestro país. "Este país se enfrenta a un grave problema agronómico y no tiene ni los recursos ni la experiencia para superarlo (...) El país adoptó la tecnología transgénica más rápida y radicalmente que ningún otro país en el mundo. No ha tomado las medidas necesarias para manejar la resistencia de las malezas ni para proteger la fertilidad del suelo“, dice la revista.
La publicación también se anima a decir una realidad que muy pocos pronuncian en voz alta: "la Argentina era uno de los mayores productores de alimentos del mundo (...) La economía de la soja ha cambiado esto. Cerca de 150.000 pequeños agricultores han dejado el campo“. Y finaliza tajante: "Cuando este commodity se produce en un sistema de monocultivo, con el uso de una tecnología nueva y relativamente inexperimentada provista por compañías multinacionales, la vulnerabilidad del país es total“.
Ezcurra, Emiliano. GREENPEACE EN ACCIÓN. 'El "boom“ sojero está devorando nuestros bosques'. Otoño 2004. N° 39. pp 4-7.
...Datos propios del gobierno nacional revelan que en algunos sitios de Salta la tasa anual de desmonte triplica la media mundial. La principal causa de esta pérdida de diversidad biológica radica en los desmontes, práctica hoy utilizada principalmente para disponer de grandes extensiones para el cultivo de soja transgénica.
La aplicación de soja transgénica, por su facilidad en el control de las malezas, se convirtió rápidamente en una fiebre, en un "boom“. El avance de este cultivo orientado al mercado internacional impulsó la expansión de la frontera sojera, destinando a la producción tierras que no eran de uso agrícola, deforestando bosques y selvas nativos, como las yungas salteñas o el monte santiagueño.
El avance de la frontera agrícola está destruyendo no sólo lo que nos queda de nuestros bosques (un 30% de la superficie original), sino que nos priva de los beneficios de estos ecosistemas: protección climática, retención de aguas para evitar inundaciones y la degradación del suelo. Oportunidades económicas ciertas de desarrollo sustentable que se pierden para siempre.
Esta incorporación de nuevas tierras para la agro exportación también se hace muchas veces a través de la expulsión de las familias campesinas y las comunidades de los pueblos originarios (ocupantes ancestrales de esos espacios) que trabajan y ocupan legítimamente esas tierras.
Esta expansión se da principalmente de la mano de la soja transgénica: en nuestro país casi el 100% de los cultivos de soja es transgénico, con tolerancia al herbicida glifosato que produce Monsanto, la misma multinacional que tiene el derecho de propiedad sobre la semilla.
La semilla patentada por Monsanto, más los insumos necesarios que también provee esta empresa, conforman lo que se llama “paquete tecnológico“ que aumenta la dependencia de los agricultores con respecto de estas compañías.
Este costo, tanto ambiental como económico y social, fue analizado de forma incompleta por la Secretaría de Agricultura, organismo responsable por la liberación de los transgénicos al mercado local: sus funcionarios aprueban aquellos transgénicos que pasen las pruebas de laboratorio e invernáculo.
Pero nunca toman en cuenta lo que sucede en realidad en nuestro campo.
Es sumamente fuerte el consenso científico que existe respecto de la necesidad de aplicar una moratoria a los desmontes. Los bosques nativos más diversos del país son al mismo tiempo los más amenazaos: el yaguareté, el tapir, decenas de especies de mamíferos, cientos de especies de aves y las maderas más nobles provienen de los bosques del norte de nuestro país.(...) La frontera agrícola no puede ni necesita seguir expandiéndose indefinidamente y el uso productivo de los bosques puede y debe realizarse exitosamente con un manejo racional de nuestros ecosistemas.
Transgénicos: mentiras y promesas incumplidas:
La industria de los transgénicos prometió que la soja RR sería un arma efectiva contra el hambre, pero lo cierto es que hoy la mayor parte de la cosecha se destina para aceites y harina de soja que sirven para la alimentación animal, y se concentra en mercados donde la prioridad es la baja de costos de insumos y no la auto-producción de alimentos sanos.
Su principal falacia era el argumento de que era necesario producir transgénicos porque no habría suficiente alimento para dar de comer a la creciente población mundial, tesis que ha sido muy cuestionada por expertos en agricultura y alimentación, que señalan que el principal problema del hambre en el mundo está dado en la equidad en la distribución y el acceso a la comida. Hoy hay más hectáreas cultivadas con organismos transgénicos y la triste realidad del hambre en el mundo ha empeorado en los últimos años.
La industria también dijo que se utilizarían menos agroquímicos. Pero descubrimos que el herbicida estrella de la soja, el glifosato (su nombre comercial es Round Up), incrementó varias veces su volumen de aplicación. Y ante la aparición de malezas tolerantes al glifosato, ahora se lo combina con 2-4 D, un herbicida aún más tóxico. Greenpeace comprobó estas situaciones en lugares tan distantes como Pergamino (provincia de Buenos Aires) o Campichuelo (Salta).
Otra mentira desenmascarada por la realidad: la "fiebre de la soja" no frenó el desempleo. Estudios y estadísticas confirman que este paquete tecnológico sirvió por el contrario para despoblar al campo.
Juntos con los casos de desmonte (...) también crecen las denuncias de campesinos, pobladores y puesteros de diversos puntos del norte argentino indicando casos de intoxicación y pérdida de producción en cultivos familiares de autosustento debido a las masivas pulverizaciones aéreas y terrestres de los grandes cultivos de soja transgénica en sus alrededores.
New Scientist: "Cosecha amarga"
La reciente reciente difusión de un informe de la prestigiosa publicación "New Scientist“, sobre el "boom" de la soja en la Argentina, levantó una gran polémica en nuestro país. "Este país se enfrenta a un grave problema agronómico y no tiene ni los recursos ni la experiencia para superarlo (...) El país adoptó la tecnología transgénica más rápida y radicalmente que ningún otro país en el mundo. No ha tomado las medidas necesarias para manejar la resistencia de las malezas ni para proteger la fertilidad del suelo“, dice la revista.
La publicación también se anima a decir una realidad que muy pocos pronuncian en voz alta: "la Argentina era uno de los mayores productores de alimentos del mundo (...) La economía de la soja ha cambiado esto. Cerca de 150.000 pequeños agricultores han dejado el campo“. Y finaliza tajante: "Cuando este commodity se produce en un sistema de monocultivo, con el uso de una tecnología nueva y relativamente inexperimentada provista por compañías multinacionales, la vulnerabilidad del país es total“.
Ezcurra, Emiliano. GREENPEACE EN ACCIÓN. 'El "boom“ sojero está devorando nuestros bosques'. Otoño 2004. N° 39. pp 4-7.
¿Qué es la alimentación ecológica?
Autor: Patricia Pamos
En los últimos años se habla por igual del creciente deterioro del medio ambiente y del aumento del consumo de alimentos poco saludables derivados de le extrema industrialización. Como forma de intentar ayudar a disminuir estas dos situaciones va ganando terreno la denominada alimentación ecológica, caracterizada por estar compuesta de productos elaborados de manera natural, sin elementos artificiales y respetando el medio en el que se producen.
Muchas dudas son las que envuelven a esta creciente alimentación. Una de ellas, por ejemplo, es la confusión existente entre el término de alimentación ecológica, biológica y orgánica. Todos son sinónimos, por lo que al ver clasificados productos con cualquiera de los tres términos estaremos hablando de lo mismo. A continuación te hablamos de los distintos productos que existen y de la legislación que la regula.
Agricultura ecológica
Este tipo de agricultura es vista por muchos como una forma de volver a nuestros orígenes en el cultivo. Ésta da lugar a verduras, hortalizas, cereales y otros alimentos que se producen en terrenos libres de pesticidas y otras sustancias químicas. Además, las tierras de cultivo no se explotan al máximo, sino que se respetan los ciclos de regeneración. El cuidado del entorno es, por tanto, fundamental: la tierra no se agota y los acuíferos no se contaminan.
Los productos que se obtienen de esta agricultura, además, no pueden tener ningún tipo de modificación genética, por lo que los alimentos transgénicos no se consideran dentro de esta agricultura. Por todo lo apuntado se entiende que los alimentos obtenidos de esta forma son mucho más beneficiosos para la salud humana, además de que protegen tanto la salud de los agricultores como la biodiversidad.
Ganadería ecológica
A l igual que en el caso de la agricultura, se busca obtener carnes, huevos, leche y otros producto lo más naturales posibles. Para ello prima el respeto a los animales y al medio donde se crían para no alterarlo. Muchos son los que comentan que los alimentos de esta ganadería orgánica, así como las hortalizas y verduras biológicas, tienen un sabor distinto a los obtenidos de la manera industrial. Pero no está claro del todo que así sea.
Algunas de las cuestiones que se piden para el trato de este ganado es que sea, en su mayoría de la zona donde se críe para que tenga menos enfermedades; también, deben comer piensos orgánicos, nada transgénico y tener total disposición de pastos sin ningún tipo de fertilizante. Además, no se les debe dar ningún tipo de medicamento que les lleve a alterar sus ciclos reproductivos o de crecimiento. Y, por supuesto, deben tener una libertad mayor que en las grandes explotaciones.
La situación actual
En España, poco a poco, la demanda de este tipo de alimentación va en aumento, por lo que la oferta y variedad de productos que se ofrecen también está creciendo. Son ya muchos los comercios que disponen en sus estanterías de productos provenientes de la agricultura y ganadería ecológica. Identificarlos es sencillo: además de destacar su procedencia en su explicación nutricional van marcados con un logotipo de la UE o del propio país que lo corrobora y que garantiza que esos productos han pasado por un proceso completo de producción biológica.
Esta creciente oferta y demanda y la inclusión de algunos productos no biológicos como tales, ha llevado a que este tipo de alimentación se regule. Así, por ejemplo, desde el 1 de enero de 2009 contamos con un reglamento en el que se especifican las nuevas pautas para la producción, control y etiquetado de productos ecológicos.
Cada vez son más las asociaciones e iniciativas españolas para intentar aunar las fuerzas de los que elaboran estos productos ecológicos como, por ejemplo, INTERECO, asociación sin ánimo de lucro que engloba las autoridades de control de la agricultura ecológica de las comunidades, entre otros. Apoyándonos entre todos podemos hacer que el cuidado tanto del medio ambiente como de nuestra salud a través de lo que comemos sea posible.
La comida orgánica aporta beneficios al planeta y a su salud
por María R. Linares
La comida orgánica no parece ser una moda pasajera. Se trata de un tipo de alimentación que protege la vida del planeta y la salud de los consumidores. En este sistema de nutrición, las frutas, legumbres y verduras orgánicas son cultivadas sin pesticidas y regadas con agua natural no tratada, es decir, no dañan de ninguna forma la tierra.
El ganado orgánico también recibe especial cuidado, goza del libre pastoreo.
En entrevistas anteriores con Crónica, la célebre chef Mónica Patiño, partidaria de la comida orgánica, explicó que a los animales no se les suministran hormonas para que crezcan más rápido, se les permite cumplir cierto tiempo de vida y después se les sacrifica de forma rápida para que no segreguen sustancias nocivas producto del dolor o el temor.
La comida orgánica va más allá de una posición ideológica frente al sacrificio de animales y el cultivo sin pesticidas “es un cambio en la conciencia de consumo para con tu cuerpo y para con el mundo”, aseguró Elena Aranda, cuya dieta se basa en productos orgánicos.
MÁS SALUDABLES. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Emory, Estados Unidos, los productos orgánicos protegen a los niños de los pesticidas. Además, les aportan más nutrientes, ya que las frutas y verduras actuales contienen menos que las producidas hace 60 años.
Autor: Patricia Pamos
En los últimos años se habla por igual del creciente deterioro del medio ambiente y del aumento del consumo de alimentos poco saludables derivados de le extrema industrialización. Como forma de intentar ayudar a disminuir estas dos situaciones va ganando terreno la denominada alimentación ecológica, caracterizada por estar compuesta de productos elaborados de manera natural, sin elementos artificiales y respetando el medio en el que se producen.
Muchas dudas son las que envuelven a esta creciente alimentación. Una de ellas, por ejemplo, es la confusión existente entre el término de alimentación ecológica, biológica y orgánica. Todos son sinónimos, por lo que al ver clasificados productos con cualquiera de los tres términos estaremos hablando de lo mismo. A continuación te hablamos de los distintos productos que existen y de la legislación que la regula.
Agricultura ecológica
Este tipo de agricultura es vista por muchos como una forma de volver a nuestros orígenes en el cultivo. Ésta da lugar a verduras, hortalizas, cereales y otros alimentos que se producen en terrenos libres de pesticidas y otras sustancias químicas. Además, las tierras de cultivo no se explotan al máximo, sino que se respetan los ciclos de regeneración. El cuidado del entorno es, por tanto, fundamental: la tierra no se agota y los acuíferos no se contaminan.
Los productos que se obtienen de esta agricultura, además, no pueden tener ningún tipo de modificación genética, por lo que los alimentos transgénicos no se consideran dentro de esta agricultura. Por todo lo apuntado se entiende que los alimentos obtenidos de esta forma son mucho más beneficiosos para la salud humana, además de que protegen tanto la salud de los agricultores como la biodiversidad.
Ganadería ecológica
A l igual que en el caso de la agricultura, se busca obtener carnes, huevos, leche y otros producto lo más naturales posibles. Para ello prima el respeto a los animales y al medio donde se crían para no alterarlo. Muchos son los que comentan que los alimentos de esta ganadería orgánica, así como las hortalizas y verduras biológicas, tienen un sabor distinto a los obtenidos de la manera industrial. Pero no está claro del todo que así sea.
Algunas de las cuestiones que se piden para el trato de este ganado es que sea, en su mayoría de la zona donde se críe para que tenga menos enfermedades; también, deben comer piensos orgánicos, nada transgénico y tener total disposición de pastos sin ningún tipo de fertilizante. Además, no se les debe dar ningún tipo de medicamento que les lleve a alterar sus ciclos reproductivos o de crecimiento. Y, por supuesto, deben tener una libertad mayor que en las grandes explotaciones.
La situación actual
En España, poco a poco, la demanda de este tipo de alimentación va en aumento, por lo que la oferta y variedad de productos que se ofrecen también está creciendo. Son ya muchos los comercios que disponen en sus estanterías de productos provenientes de la agricultura y ganadería ecológica. Identificarlos es sencillo: además de destacar su procedencia en su explicación nutricional van marcados con un logotipo de la UE o del propio país que lo corrobora y que garantiza que esos productos han pasado por un proceso completo de producción biológica.
Esta creciente oferta y demanda y la inclusión de algunos productos no biológicos como tales, ha llevado a que este tipo de alimentación se regule. Así, por ejemplo, desde el 1 de enero de 2009 contamos con un reglamento en el que se especifican las nuevas pautas para la producción, control y etiquetado de productos ecológicos.
Cada vez son más las asociaciones e iniciativas españolas para intentar aunar las fuerzas de los que elaboran estos productos ecológicos como, por ejemplo, INTERECO, asociación sin ánimo de lucro que engloba las autoridades de control de la agricultura ecológica de las comunidades, entre otros. Apoyándonos entre todos podemos hacer que el cuidado tanto del medio ambiente como de nuestra salud a través de lo que comemos sea posible.
La comida orgánica aporta beneficios al planeta y a su salud
por María R. Linares
La comida orgánica no parece ser una moda pasajera. Se trata de un tipo de alimentación que protege la vida del planeta y la salud de los consumidores. En este sistema de nutrición, las frutas, legumbres y verduras orgánicas son cultivadas sin pesticidas y regadas con agua natural no tratada, es decir, no dañan de ninguna forma la tierra.
El ganado orgánico también recibe especial cuidado, goza del libre pastoreo.
En entrevistas anteriores con Crónica, la célebre chef Mónica Patiño, partidaria de la comida orgánica, explicó que a los animales no se les suministran hormonas para que crezcan más rápido, se les permite cumplir cierto tiempo de vida y después se les sacrifica de forma rápida para que no segreguen sustancias nocivas producto del dolor o el temor.
La comida orgánica va más allá de una posición ideológica frente al sacrificio de animales y el cultivo sin pesticidas “es un cambio en la conciencia de consumo para con tu cuerpo y para con el mundo”, aseguró Elena Aranda, cuya dieta se basa en productos orgánicos.
MÁS SALUDABLES. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Emory, Estados Unidos, los productos orgánicos protegen a los niños de los pesticidas. Además, les aportan más nutrientes, ya que las frutas y verduras actuales contienen menos que las producidas hace 60 años.
El equipo de la universidad estadunidense analizó las muestras de orina de niños cuyas edades iban de los 3 hasta los 11 años, cuya alimentación se basa en productos orgánicos, y encontró que no contenían malation y clorpirifos, pesticidas de uso común.
Sin embargo, luego de que esos niños volvieron a ingerir alimentos convencionales, los metabolitos rápidamente treparon a 263 partes por cada mil millones, según el estudio dado a conocer a finales del mes pasado.
Otro informe que data del 2001, de la Britain´s Soil Association, analizó 400 estudios de investigación nutricional y llegó a la conclusión de que los alimentos orgánicos contienen más minerales y vitaminas.
En tanto, una investigación estadunidense más, realizada por el Journal of Agricultural and Food Chemistry, arrojó que las frutas y vegetales orgánicos tuvieron niveles más altos de antioxidantes, los cuales sirven para prevenir el envejecimiento prematuro e incluso el cáncer.
Por los beneficios, vale la pena el gasto
“Son más caros, pero es algo lógico, pues son alimentos tratados de forma distinta; sin embargo, también son más benéficos para el cuerpo; yo suelo recomendarlos a las personas que padecen diabetes, porque hay una marca que tiene alimentos endulzados de manera natural y que no alteran los niveles de azúcar de mis pacientes”, sostiene el nutriólogo Jesús Díaz.
Elena Aranda, amante de la comida orgánica, explica que estos productos sí son más caros. “En ocasiones cuestan el doble que un producto normal”, ya que mientras un litro de leche oscila entre los 8 pesos con 50 centavos, un litro de leche de soya orgánico puede costar hasta 16 pesos.
O bien, una bolsa de pan, parecida al pan de caja normal, cuesta entre 20 y 25 pesos, mientras que el pan normal no supera los 18 pesos.
“El sabor de los productos sí es diferente, son más ricos; en el caso de la leche, ésta es más suave, y en el caso del pan, es más seco; contiene más fibra, saben diferentes pero saben muy bien”.
Algunas marcas de comida orgánica que usted puede encontrar en supermercados comunes son, Food for life, Food Live y Bio. La primera y la segunda cuentan con leche de soya, carnes, lácteos, hortalizas y vegetales, en tanto la tercera tiene una amplia variedad de galletas y productos manufacturados con amaranto orgánico.
Green Corne y El pan Papalotl también son opciones para comprar productos orgánicos, ya sea procesados en forma de algún platillo o bien en su estado natural.
Sin embargo, luego de que esos niños volvieron a ingerir alimentos convencionales, los metabolitos rápidamente treparon a 263 partes por cada mil millones, según el estudio dado a conocer a finales del mes pasado.
Otro informe que data del 2001, de la Britain´s Soil Association, analizó 400 estudios de investigación nutricional y llegó a la conclusión de que los alimentos orgánicos contienen más minerales y vitaminas.
En tanto, una investigación estadunidense más, realizada por el Journal of Agricultural and Food Chemistry, arrojó que las frutas y vegetales orgánicos tuvieron niveles más altos de antioxidantes, los cuales sirven para prevenir el envejecimiento prematuro e incluso el cáncer.
Por los beneficios, vale la pena el gasto
“Son más caros, pero es algo lógico, pues son alimentos tratados de forma distinta; sin embargo, también son más benéficos para el cuerpo; yo suelo recomendarlos a las personas que padecen diabetes, porque hay una marca que tiene alimentos endulzados de manera natural y que no alteran los niveles de azúcar de mis pacientes”, sostiene el nutriólogo Jesús Díaz.
Elena Aranda, amante de la comida orgánica, explica que estos productos sí son más caros. “En ocasiones cuestan el doble que un producto normal”, ya que mientras un litro de leche oscila entre los 8 pesos con 50 centavos, un litro de leche de soya orgánico puede costar hasta 16 pesos.
O bien, una bolsa de pan, parecida al pan de caja normal, cuesta entre 20 y 25 pesos, mientras que el pan normal no supera los 18 pesos.
“El sabor de los productos sí es diferente, son más ricos; en el caso de la leche, ésta es más suave, y en el caso del pan, es más seco; contiene más fibra, saben diferentes pero saben muy bien”.
Algunas marcas de comida orgánica que usted puede encontrar en supermercados comunes son, Food for life, Food Live y Bio. La primera y la segunda cuentan con leche de soya, carnes, lácteos, hortalizas y vegetales, en tanto la tercera tiene una amplia variedad de galletas y productos manufacturados con amaranto orgánico.
Green Corne y El pan Papalotl también son opciones para comprar productos orgánicos, ya sea procesados en forma de algún platillo o bien en su estado natural.
Organic, en inglés o biologique, en francés. En español, se los denomina biológico, ecológico u orgánico y son sinónimos que se utilizan para designar los alimentos que cuidan tanto la salud de los consumidores como el equilibrio del medio ambiente en que se producen.
En los últimos años se han hecho muy populares los alimentos llamados orgánicos, demostrando el interés de mucha gente por un cambio positivo en la alimentación y también la desconfianza en la seguridad y producción de los alimentos convencionales.
Se consideran "orgánicos" aquellos alimentos, en general vegetales y frutas que en ninguna etapa de su producción intervienen fertilizantes, herbicidas o pesticidas químicos, así como tampoco en los suelos donde son cultivados.
Para algunos, la palabra "orgánico" significa nutritivo. Para otros significa alimentos más limpios y seguros; incluso, están quienes entienden por "orgánico" aquellos alimentos producidos sin causar polución o dañando lo menos posible el aire, la tierra y el agua.
En realidad las características positivas que se le atribuyen a los productos orgánicos son difíciles de establecer mientras no exista una regulación general. Por ejemplo para que la leche, sea considerada orgánica, en teoría la vaca debe estar alimentada 100 % con granos que no hayan sido tratados genéticamente ni fertilizados sus suelos. Así como tampoco deben recibir antibióticos u hormonas dichos animales.
Es muy difícil lograr producir alimentos que estén totalmente libres de pesticidas, debido a que en los suelos éstos permanecen largos periodos de tiempo en cantidades insignificantes o pueden contaminarse de suelos próximos a ellos.
En pocos lugares del mundo se han determinado definiciones específicas para el uso del término "orgánico" así como tampoco el tiempo de espera que debe pasar desde la última aplicación de químicos en los suelos y el cultivo de un alimento sin ellos.
En la mayoría de los países no hay leyes que regulen el uso de los alimentos orgánicos. Esta ausencia de leyes y reglamentaciones tampoco le da al consumidor garantías de que el alimento que se vende como orgánico, realmente lo sea y también está expuesto a que comerciantes inescrupulosos vendan algo que realmente no lo es.
Las 4 Categorias segun Ley
El gobierno federal de los EE.UU. se encuentran en camino de promulgar una ley. Esta definiría a los productos orgánicos en cuatro categorías:
"100 % orgánicos": son aquellos productos sin ingredientes no orgánicos.
"Orgánicos": para los productos con un 95 % de los ingredientes de tipo orgánico.
"Hechos con productos orgánico": para los productos realizados entre un 50 y 95 % con ingredientes orgánicos.
"Productos con menos del 50 %": de los ingredientes orgánicos, se deberá especificar en cada ingrediente que sea orgánico.
Este debe ser un ejemplo que debe ser tenido en cuenta de modo tal que la situación sea más clara y el consumidor pueda saber que tipo de producto elige.
Desde el punto de vista nutricional, en los alimentos orgánicos no se pudo demostrar ventajas sobre, el sabor, seguridad y valor nutricional, con respecto a los alimentos convencionales; desde el punto de vista económico su valor es mucho mayor, aproximadamente entre un 20 y un 100 %.
Desde el punto de vista legal, un producto orgánico es aquel que está certificado por una autoridad competente. En Argentina, la Cámara de Certificadoras nuclea a las empresas habilitadas por el Estado para tal fin. Y se define como orgánico un sistema de producción diferenciado cuyo resultado es un alimento libre de químicos y sustancias tóxicas reales o potenciales para la salud humana.
¿Producen Enfermedad?
"Todos los alimentos deben ser inocuos, es decir, no producir enfermedad. Se busca que la sanidad sea perfecta y se le agrega la calidad. Entonces, se buscan las características alimenticias óptimas, las características organolépticas (sabor, textura y olor) y que tenga trazabilidad, es decir, seguir el alimento desde la semilla hasta la góndola; desde la gestación hasta la manufactura. Y eso es lo que se garantiza con la certificación orgánica", sostiene el doctor Roberto Rapela. Por lo tanto, para el consumidor la garantía de veracidad reside en el sello de los productos.
"El sello certifica que el proceso de cultivo responde a la reglamentación de cultivo orgánico. El control es semestral y depende del producto, se toman muestras para laboratorio y se sigue cada una de las etapas de producción. A la vez actúa un comité independiente (expertos externos a la certificadora), y si el productor no cumple el protocolo, se le da de baja", señala Rapela.
La certificación
En la actualidad se producen todo tipo de alimentos bajo protocolos orgánicos: carnes, huevos, miel, aceitunas, azúcar, yerba mate, té, café, legumbres, frutas, hortalizas, vinos, aceites, lácteos, con toda la variante de derivados y formas de comercialización, por ejemplo, congelados, conservas, dulces, etc. Es decir, toda la producción agropecuaria y su correspondiente agroindustria.
Para obtener la certificación, cada establecimiento debe seguir y respetar pautas específicas:
• Mantener la biodiversidad: el cause de los ríos, la calidad del agua, la capa de carbono de la tierra, la flora y fauna originarias, es decir, las características y equilibrios naturales de cada lugar.
• Libre de químicos sintéticos. No están permitidos los pesticidas, herbicidas ni los transgénicos; las hormonas y antibióticos.
• Está prohibido el encierro y el maltrato animal.
• Se usa fertilizante orgánico para los vegetales.
• Producción sustentable. Se busca el equilibro ecológico y un sistema de producción socialmente justo. El agente debe trabajar en un medio sano y con un mejor sistema de distribución de la riqueza.
Los beneficios
La cantidad de nutrientes es similar en los alimentos de producción convencional u ecológicos. En los vegetales, el valor alimenticio es similar. En las carnes, está comprobado que las orgánicas son más magras porque tienen menos grasa intramuscular.
El gran beneficio de los alimentos orgánicos es que están absolutamente libres de residuos químicos. No están permitidos los aditivos y conservantes (salvo los naturales); plaguicidas ni fertilizantes; tienen menos o nulos residuos de medicamentos veterinarios; no contienen hormonas; ni metales pesados (presentes en suelos y aguas) y no pueden ser irradiados.
"Muchos productos se irradian para matar los gérmenes y favorecer su conservación. Por ejemplo, carnes, congelados, conservas. Y si bien está demostrado que esa radiación no es altamente nociva, la conclusión final sólo el tiempo lo va a determinar", amplía Rapela.
"El animal que se cría en forma natural (las pasturas frescas, forrajes y granos que consume también deben ser orgánicos) y sin estrés tiene características especiales. Su carne tiene más cantidad de vitamina E, que es antioxidante, y menos grasa intramuscular (porque no está inmovilizado) que produce menos colesterol en el consumidor", afirma.
Además, las carnes orgánicas no sufren de contaminación biológica, como ser el mal de la vaca loca (encefalopatía espongiforme bovina), la fiebre aftosa, la intoxicación con Escherichia coli (famosa en hamburguesas industriales), ni salmonelosis (en huevos y aves) ya que las certificadoras controlan la trazabilidad en los ganados.
La trazabilidad es el conjunto de procedimientos técnicos que permite identificar y registrar a un animal desde su nacimiento hasta el final de la cadena de comercialización en sus distintos cortes y subproductos.
"La discusión no pasa por 'orgánico versus convencional'. En el mundo actual, global, es muy difícil que se dejen de usar transgénicos y agroquímicos. Lo importante, es que la población, dentro de sus posibilidades, pueda elegir la calidad de los alimentos que consume", reflexiona Rapela.
En los últimos años se han hecho muy populares los alimentos llamados orgánicos, demostrando el interés de mucha gente por un cambio positivo en la alimentación y también la desconfianza en la seguridad y producción de los alimentos convencionales.
Se consideran "orgánicos" aquellos alimentos, en general vegetales y frutas que en ninguna etapa de su producción intervienen fertilizantes, herbicidas o pesticidas químicos, así como tampoco en los suelos donde son cultivados.
Para algunos, la palabra "orgánico" significa nutritivo. Para otros significa alimentos más limpios y seguros; incluso, están quienes entienden por "orgánico" aquellos alimentos producidos sin causar polución o dañando lo menos posible el aire, la tierra y el agua.
En realidad las características positivas que se le atribuyen a los productos orgánicos son difíciles de establecer mientras no exista una regulación general. Por ejemplo para que la leche, sea considerada orgánica, en teoría la vaca debe estar alimentada 100 % con granos que no hayan sido tratados genéticamente ni fertilizados sus suelos. Así como tampoco deben recibir antibióticos u hormonas dichos animales.
Es muy difícil lograr producir alimentos que estén totalmente libres de pesticidas, debido a que en los suelos éstos permanecen largos periodos de tiempo en cantidades insignificantes o pueden contaminarse de suelos próximos a ellos.
En pocos lugares del mundo se han determinado definiciones específicas para el uso del término "orgánico" así como tampoco el tiempo de espera que debe pasar desde la última aplicación de químicos en los suelos y el cultivo de un alimento sin ellos.
En la mayoría de los países no hay leyes que regulen el uso de los alimentos orgánicos. Esta ausencia de leyes y reglamentaciones tampoco le da al consumidor garantías de que el alimento que se vende como orgánico, realmente lo sea y también está expuesto a que comerciantes inescrupulosos vendan algo que realmente no lo es.
Las 4 Categorias segun Ley
El gobierno federal de los EE.UU. se encuentran en camino de promulgar una ley. Esta definiría a los productos orgánicos en cuatro categorías:
"100 % orgánicos": son aquellos productos sin ingredientes no orgánicos.
"Orgánicos": para los productos con un 95 % de los ingredientes de tipo orgánico.
"Hechos con productos orgánico": para los productos realizados entre un 50 y 95 % con ingredientes orgánicos.
"Productos con menos del 50 %": de los ingredientes orgánicos, se deberá especificar en cada ingrediente que sea orgánico.
Este debe ser un ejemplo que debe ser tenido en cuenta de modo tal que la situación sea más clara y el consumidor pueda saber que tipo de producto elige.
Desde el punto de vista nutricional, en los alimentos orgánicos no se pudo demostrar ventajas sobre, el sabor, seguridad y valor nutricional, con respecto a los alimentos convencionales; desde el punto de vista económico su valor es mucho mayor, aproximadamente entre un 20 y un 100 %.
Desde el punto de vista legal, un producto orgánico es aquel que está certificado por una autoridad competente. En Argentina, la Cámara de Certificadoras nuclea a las empresas habilitadas por el Estado para tal fin. Y se define como orgánico un sistema de producción diferenciado cuyo resultado es un alimento libre de químicos y sustancias tóxicas reales o potenciales para la salud humana.
¿Producen Enfermedad?
"Todos los alimentos deben ser inocuos, es decir, no producir enfermedad. Se busca que la sanidad sea perfecta y se le agrega la calidad. Entonces, se buscan las características alimenticias óptimas, las características organolépticas (sabor, textura y olor) y que tenga trazabilidad, es decir, seguir el alimento desde la semilla hasta la góndola; desde la gestación hasta la manufactura. Y eso es lo que se garantiza con la certificación orgánica", sostiene el doctor Roberto Rapela. Por lo tanto, para el consumidor la garantía de veracidad reside en el sello de los productos.
"El sello certifica que el proceso de cultivo responde a la reglamentación de cultivo orgánico. El control es semestral y depende del producto, se toman muestras para laboratorio y se sigue cada una de las etapas de producción. A la vez actúa un comité independiente (expertos externos a la certificadora), y si el productor no cumple el protocolo, se le da de baja", señala Rapela.
La certificación
En la actualidad se producen todo tipo de alimentos bajo protocolos orgánicos: carnes, huevos, miel, aceitunas, azúcar, yerba mate, té, café, legumbres, frutas, hortalizas, vinos, aceites, lácteos, con toda la variante de derivados y formas de comercialización, por ejemplo, congelados, conservas, dulces, etc. Es decir, toda la producción agropecuaria y su correspondiente agroindustria.
Para obtener la certificación, cada establecimiento debe seguir y respetar pautas específicas:
• Mantener la biodiversidad: el cause de los ríos, la calidad del agua, la capa de carbono de la tierra, la flora y fauna originarias, es decir, las características y equilibrios naturales de cada lugar.
• Libre de químicos sintéticos. No están permitidos los pesticidas, herbicidas ni los transgénicos; las hormonas y antibióticos.
• Está prohibido el encierro y el maltrato animal.
• Se usa fertilizante orgánico para los vegetales.
• Producción sustentable. Se busca el equilibro ecológico y un sistema de producción socialmente justo. El agente debe trabajar en un medio sano y con un mejor sistema de distribución de la riqueza.
Los beneficios
La cantidad de nutrientes es similar en los alimentos de producción convencional u ecológicos. En los vegetales, el valor alimenticio es similar. En las carnes, está comprobado que las orgánicas son más magras porque tienen menos grasa intramuscular.
El gran beneficio de los alimentos orgánicos es que están absolutamente libres de residuos químicos. No están permitidos los aditivos y conservantes (salvo los naturales); plaguicidas ni fertilizantes; tienen menos o nulos residuos de medicamentos veterinarios; no contienen hormonas; ni metales pesados (presentes en suelos y aguas) y no pueden ser irradiados.
"Muchos productos se irradian para matar los gérmenes y favorecer su conservación. Por ejemplo, carnes, congelados, conservas. Y si bien está demostrado que esa radiación no es altamente nociva, la conclusión final sólo el tiempo lo va a determinar", amplía Rapela.
"El animal que se cría en forma natural (las pasturas frescas, forrajes y granos que consume también deben ser orgánicos) y sin estrés tiene características especiales. Su carne tiene más cantidad de vitamina E, que es antioxidante, y menos grasa intramuscular (porque no está inmovilizado) que produce menos colesterol en el consumidor", afirma.
Además, las carnes orgánicas no sufren de contaminación biológica, como ser el mal de la vaca loca (encefalopatía espongiforme bovina), la fiebre aftosa, la intoxicación con Escherichia coli (famosa en hamburguesas industriales), ni salmonelosis (en huevos y aves) ya que las certificadoras controlan la trazabilidad en los ganados.
La trazabilidad es el conjunto de procedimientos técnicos que permite identificar y registrar a un animal desde su nacimiento hasta el final de la cadena de comercialización en sus distintos cortes y subproductos.
"La discusión no pasa por 'orgánico versus convencional'. En el mundo actual, global, es muy difícil que se dejen de usar transgénicos y agroquímicos. Lo importante, es que la población, dentro de sus posibilidades, pueda elegir la calidad de los alimentos que consume", reflexiona Rapela.
Razones para consumirlos
Valor Nutritivo
Cultivados en suelos equilibrados por fertilizantes naturales, los alimentos biológicos son de mejor calidad por su contenido en vitaminas, minerales, hidratos de carbono y proteínas, por lo que son capaces de satisfacer el equilibrio de sus constituyentes.
Sabor
Sólo regeneradas y fertilizadas orgánicamente, las plantas crecen sanas y se desarrollan de mejor forma, con su auténtico aroma, color y sabor, lo cual permite redescubrir el verdadero gusto de los alimentos originariamente no procesados.
Garantía de Salud
Algunos pesticidas prohibidos en determinados países, debido a su toxicidad, continúan siendo utilizados en Uruguay. Los estudios toxicológicos reconocen la relación existente entre los pesticidas y ciertas patologías, como el cáncer, las alergias y el asma.
Agua Pura
La práctica de la agricultura ecológica, que no utiliza productos peligrosos ni grandes cantidades de nitrógeno -que contaminan y lesionan el agua potable- es una garantía permanente de obtención de agua para el futuro.
Suelo Fértil
El suelo es la base de toda la cadena alimentaria y la principal preocupación de la Agricultura Orgánica. Cualquier práctica de laboreo del suelo debe buscar la conservación de la fertilidad del mismo e, inclusive, mejorar su condición, en particular por el aumento del contenido en humus de las tierras aradas.
Biodiversidad
La disminución de la diversidad biológica es uno de los principales problemas ambientales de la actualidad. La agricultura orgánica preserva las semillas para el futuro, impidiendo, de este modo, la desaparición de algunas variedades de gran valor nutritivo y cultural.
Armonía
La agricultura orgánica respeta el equilibrio de la naturaleza contribuyendo a la preservación del ecosistema. El equilibrio entre la agricultura y la forestación y la rotación de los cultivos, permite la preservación de un espacio rural capaz de satisfacer a las futuras generaciones.
Comunidades rurales
La agricultura orgánica permite la revitalización de la población rural y restituye a los agricultores la dignidad y el respeto de los que son merecedores por parte de la población en general por su papel de guardianes del paisaje y de los ecosistemas agrícolas.
Educación
La agricultura orgánica es una gran escuela práctica de educación ambiental. Ella representa un modelo de desarrollo sustentable en el medio rural realmente promisorio para todos los jóvenes que un día tomarán decisiones en la sociedad.
Empleo
Gracias a la dimensión humana que estos emprendimientos asumen en las prácticas ecológicas y la gestión adecuada de los recursos locales, los productos agroecológicos generan oportunidades de creación de empleos permanentes y dignos.
Futuro
Los productos agroecológicos son grandes innovadores que consiguen la combinación de prácticas tradicionales con las prácticas más modernas, desarrollando así técnicas que permiten evitar el empleo de agentes de polución del ecosistema agrícola. junto con otros productores orgánicos promueve el consumo de productos agroecológicos a través de un sistema de canastas a domic
http://www.alimentacion-sana.com.ar/informaciones/novedades/organicos1.htm#5
http://www.amoralavida.com.ar/alimentos.htm
Valor Nutritivo
Cultivados en suelos equilibrados por fertilizantes naturales, los alimentos biológicos son de mejor calidad por su contenido en vitaminas, minerales, hidratos de carbono y proteínas, por lo que son capaces de satisfacer el equilibrio de sus constituyentes.
Sabor
Sólo regeneradas y fertilizadas orgánicamente, las plantas crecen sanas y se desarrollan de mejor forma, con su auténtico aroma, color y sabor, lo cual permite redescubrir el verdadero gusto de los alimentos originariamente no procesados.
Garantía de Salud
Algunos pesticidas prohibidos en determinados países, debido a su toxicidad, continúan siendo utilizados en Uruguay. Los estudios toxicológicos reconocen la relación existente entre los pesticidas y ciertas patologías, como el cáncer, las alergias y el asma.
Agua Pura
La práctica de la agricultura ecológica, que no utiliza productos peligrosos ni grandes cantidades de nitrógeno -que contaminan y lesionan el agua potable- es una garantía permanente de obtención de agua para el futuro.
Suelo Fértil
El suelo es la base de toda la cadena alimentaria y la principal preocupación de la Agricultura Orgánica. Cualquier práctica de laboreo del suelo debe buscar la conservación de la fertilidad del mismo e, inclusive, mejorar su condición, en particular por el aumento del contenido en humus de las tierras aradas.
Biodiversidad
La disminución de la diversidad biológica es uno de los principales problemas ambientales de la actualidad. La agricultura orgánica preserva las semillas para el futuro, impidiendo, de este modo, la desaparición de algunas variedades de gran valor nutritivo y cultural.
Armonía
La agricultura orgánica respeta el equilibrio de la naturaleza contribuyendo a la preservación del ecosistema. El equilibrio entre la agricultura y la forestación y la rotación de los cultivos, permite la preservación de un espacio rural capaz de satisfacer a las futuras generaciones.
Comunidades rurales
La agricultura orgánica permite la revitalización de la población rural y restituye a los agricultores la dignidad y el respeto de los que son merecedores por parte de la población en general por su papel de guardianes del paisaje y de los ecosistemas agrícolas.
Educación
La agricultura orgánica es una gran escuela práctica de educación ambiental. Ella representa un modelo de desarrollo sustentable en el medio rural realmente promisorio para todos los jóvenes que un día tomarán decisiones en la sociedad.
Empleo
Gracias a la dimensión humana que estos emprendimientos asumen en las prácticas ecológicas y la gestión adecuada de los recursos locales, los productos agroecológicos generan oportunidades de creación de empleos permanentes y dignos.
Futuro
Los productos agroecológicos son grandes innovadores que consiguen la combinación de prácticas tradicionales con las prácticas más modernas, desarrollando así técnicas que permiten evitar el empleo de agentes de polución del ecosistema agrícola. junto con otros productores orgánicos promueve el consumo de productos agroecológicos a través de un sistema de canastas a domic
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